domingo, 21 de octubre de 2012

¿Porqué es tan difícil cambiar?

Quizá en algunas ocasiones te has sentido desesperada porque intentas cambiar y tienes muy buenas intenciones de hacerlo, pero sin embargo no puedes lograrlo o a los pocos días vuelves a tomar las mismas actitudes de antes. Tal vez, hayas ido a  terapias, asistido a cursos motivacionales o  leído varios libros de autoayuda y no cambias, te sigues sintiendo igual o peor que antes. ¿Pero porqué nos pasa  esto?. Algunas de las razones pueden ser las siguientes:
1.      Existe un temor de ser influenciados por los demás: A las personas se nos dificulta aceptar “nuestros errores” y a veces “el ego lo tenemos demasiado alto”,  no nos gusta que alguien nos haga observaciones y entonces surge una resistencia y nos preguntamos ¿quién es el o ella para decirme esto? Y puede que nos sintamos agredidos, rechazados o juzgados por esa persona que “se atrevió a decirnos que hacer con nuestra vida”. Para que verdaderamente exista un cambio, la persona debe de ser lo suficiente sencilla y humilde para reconocer que no es perfecta y “permitir la ayuda de alguien más”, solamente cuando la persona este en la disposición de querer cambiar y tenga ese deseo entonces es cuando se dan los verdaderos cambios, pero para eso se debe de trabajar con ese “ego” que es el que impide muchas veces el crecimiento personal. Tienes que convencerte de que nadie es perfecto y dejar de culparte por tus errores.

2.   El distanciamiento hacia ciertas personas produce miedo: Cuando la persona decide ir a una terapia o acudir a ciertos talleres se puede dar cuenta de que mantiene ciertas relaciones “codependientes” con algunas personas y que tiene que trabajar en los límites o bien alejarse de ellas porque eso le produce malestar en su vida. Sin embargo, algunas veces, en la práctica la persona prefiere seguir sufriendo maltratos o tener relaciones disfuncionales a ser asertivo y defender sus derechos, porque no tiene tolerancia al rechazo y le da miedo a ser abandonado o excluido de algún grupo social.

3.  El miedo a crecer: Cuando la persona ha acudido a un trabajo personal se percata de que tiene que hacerse responsable de su vida y no ponerse más en el rol de “víctima” porque eso no la ayuda a crecer. Sin embargo, el crecer implica aceptar la vida tal cual es (con sus días soleados y nublados) y que no podemos pedirle a nadie que cuide de nosotros y un aspecto importante es saber que solamente depende de nosotros si queremos vivir en la felicidad o la tristeza a pesar de las circunstancias externas.

 4.   En ocasiones somos adictos a las emociones que nos producen tristeza. En varias ocasiones, el sentir paz produce en la persona un estado de aburrimiento y ansiedad, entonces ella misma puede provocar pensamientos de experiencias pasadas que le desencadenan emociones más fuertes. Crecemos en sociedades en las que se exalta el sacrificio y el dolor y desde pequeños escuchamos creencias relacionadas a que “en la vida todo cuesta trabajo” o “Tenemos que sacrificarnos por el amor a los demás”, entre otras. El resultado es que la felicidad nos dura muy poco porque en el fondo creemos que no la merecemos y que somos “egoístas si somos felices”. Con esto te sugiero que comiences a cuestionar esas creencias que no te permiten vivir en paz y tranquilidad y que las cambies por creencias más liberadoras y expansivas. Realmente para que de verdad existan cambios se deben de tomar acciones, si    vas   con el mejor terapeuta de este mundo, tomas talleres motivacionales, lees libros y    sigues igual lo que tienes que hacer es  verdaderamente preguntarte ¿Por qué   no me permito cambiar?, ¿Qué tengo que hacer para sentirme feliz?, ¿Quién es      responsable de mi felicidad?, ¿Para que me sigo haciendo daño?.  Quizá  con las respuestas a estas preguntas comiences a percatarte que la única   responsable de lo que esta ocurriendo en tu vida eres tu misma y que solamente depende ti que quieras agradecer la vida que tienes y aceptarla o seguir  lamentándote y reprochándote situaciones que no puedes controlar. Recuerda que  pedir ayuda te puede convertir en una persona mucho más fuerte y valiente   que el seguir haciéndote la víctima de lo que pasa.  TU DECIDES SI  QUIERES VIVIR TU VIDA DESDE EL MIEDO O DESDE LA ACEPTACION Y EL AMOR, PERO SI LA VIVES DESDE EL MIEDO NO TE QUEJES DE LO QUE OCURRE EN TU VIDA Y SI LA VIVES DESDE EL AMOR DISFRUTA Y COMIENZA A SER VERDADERAMENTE FELIZ

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LIC. SHARON KORNHAUSER LOPEZ



miércoles, 10 de octubre de 2012

El caso de Bután: el país que se toma la felicidad en serio.


En 1972 el rey de Bután declaró tomar como índice de crecimiento la Felicidad Interna Bruta (GNH por sus siglas en inglés) en lugar de utilizar el Producto Interno Bruto (PIB). Desde entonces la felicidad se volvió mucho más que un simple concepto inalcanzable y se definió el principio organizador en que se basaría el gobierno y la creación de las leyes.

Esta adelantada decisión para nuestra época fue la que fomentó que la ONU hiciera su propio índice de Felicidad Interna Bruta sobre el cual evalúan a cada uno de los países a partir de este año. Sin embargo existen diferencias entre los componentes de ambos índices.

El índice de Bután se construye a partir de encuestas periódicas que son representativas por distrito, género, edad, residencia rural-urbana, ingresos, etc. De esta forma, el concepto que ellos tienen de la felicidad, no es una felicidad personal, sino colectiva. Así, tienen dos opciones para incrementar el GNH; una es incrementando el porcentaje de personas felices, y la otra es disminuyendo las insuficiencias de las personas que aún no son felices.

Por poner un ejemplo, las personas infelices en las zonas rurales son aquellas que carecen de educación, estándares de vivienda y un uso balanceado del tiempo. Para la zona urbana, las personas no felices son aquellas que carecen de temas materiales como la vitalidad de la comunidad y un bienestar cultural y psicológico.

El GNH provee un vistazo del desempeño de 9 dominios: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, diversidad cultural, elasticidad económica, estándar de vida, salud, educación, buen gobierno. El índice es un resultado de 33 indicadores agrupados en estos dominios.

En este contexto, las personas pueden ser consideradas felices cuando sobrepasan el 66% de la calificación global, solo entonces se les puede considerar profundamente felices. Para el 2012 el 40.8% de la población de Bután había alcanzado dicha felicidad.

Por el otro lado, el índice de felicidad del ONU, se basa en la subjetividad de sus habitantes. En este índice, Bután sale calificado con un 6.06, lo que sugiere un muy buen nivel de felicidad.

Aunque este índice aún es reciente y se encuentra en constante revisión es un excelente intento realizado por un gobierno que afirma que ‘si el gobierno no puede crear felicidad para su gente, no hay un propósito para la existencia de dicho gobierno’.